viernes, 23 de febrero de 2018

Una historia para soñar (Sonia)


Todo comenzó en un pueblo a las afueras de Zaragoza llamado Sierra de Luna. Como su nombre indica estaba situado en una sierra,era un lugar acogedor, rodeador de inmensas montañas llenas de nieve y grandes campos verdes. 

Verduritas, nuestra protagonista, vivía con su familia en una pequeña madriguera situada a los pies de la sierra. Los padres y hermanos de Verduritas

vivían todos juntos y felices, cada día era diferente viviendo miles de aventuras.
Hasta que un día llegaron varios humanos con unos mapas y planos, iban a construir una carretera por encima de su madriguera, no se lo podían creer toda la vida allí y ahora se tendrían que marchar de aquel idílico lugar.
-El padre exclamo: ¡Familia, de aquí no nos moverán! Esta es nuestra casa y siempre lo será ¡vamos a luchar contra estos humanos para defender lo que es nuestro!
-La madre asombrada le contesto:¿ Pero como vamos a hacer eso? si ellos tienen grandes maquinas con las que nos pueden pisar.
La familia intentó muchos métodos para intentar conseguir echarlos de su casa pero al final, y tristemente no pudieron hacer nada para que los humanos se marcharan del lugar.

A Verduritas le encantaba hacer grandes excursiones para disfrutar de las vistas y de los demás animales.
Un día salio a pasear y se encontró con un gran pavo real que le dijo: 
-Me he enterado de que por aquí van a construir una carretera debemos marcharnos todos antes de que acaben con nosotros o moriremos.
-Verduritas le contesto: donde vamos a ir, si este es el único lugar que hemos conocido. Desde que tengo memoria nunca hemos salido de la sierra, es un camino peligroso para unos conejitos tan pequeños como nosotros.
Pero el pavo real le contesto: yo voy a ir a un lugar precioso del cual me han llegado unos rumores de que hay comida, cobijo, seguridad y tranquilidad. Ese lugar se llama granja escuela torrevirreina, está un poco lejos de aquí pero merece la pena intentarlo.
Verduritas entusiasmada corrió a la madriguera a avisar a sus padres y a sus hermanitos, pero cuando Verduritas les dijo lo que le había contado el pavo real no la creyeron y desconfiaron, porque Verduritas era muy soñadora y siempre estaba imaginándose sitios perfectos donde poder vivir.

Pero a los días los padres de Verduritas se encontraron con un gallo que les dijo que se iba a mudar a un sitio mejor, no lo podían creer era el mismo lugar, el mismo lugar del que les había hablado su hija Verduritas: la granja escuela Torrevirreina en Movera (Zaragoza). 

Sin pensárselo dos veces enviaron una carta a aquella granja para preguntarles si de verdad existía y en tal caso, si ellos se podrían mudar a vivir allí con toda su familia. A los días recibieron una carta diciéndoles que si que existía aquel sitio idílico y que claro que podían ir a vivir allí, que había sitio para todos y vivirían en armonía. Pero había un problema la granja escuela Torrevirreina estaba muy lejos de donde ellos vivían, no podían ir solos con sus pequeños hijitos. Los conejitos tenían que buscar alguna forma de llegar allí todos juntos y de forma segura.

Después de mucho pensar no consiguieron dar con ninguna solución hasta que un día decidieron emprender el viaje con lo poco que tenían y después de mucho caminar se encontraron con unas cabras.
Los conejitos les preguntaron: hola cabras, ¿que hacéis por aquí?
Las cabras respondieron: vamos a la granja escuela de torrevirreina, nos han dicho que es un sitio maravilloso para vivir.
Así que los conejitos sin pensárselo dos veces les dijeron que si podían ir con ellos, las cabras aceptaron encantadas por fin iban a poder hablar con alguien más.
Pero los conejitos tuvieron una gran idea, si se subían encima de las cabras llegarían más rápido y como eran pequeñitos, a las cabras no les costaría ningún esfuerzo el llevarles.
Después de unas semanas de andar y dormir a la intemperie llegaron, ¡no se lo podían creer! era mejor de lo que pensaban, tenían una gran casa, comida, protección y un lugar donde no pasar frio. También había muchos animales más como las cabras que llegaron con ellos, dos ponys, tres cerdos vietnamitas, gallinas, un gallo, una oveja, pavos reales, patos y tortugas.

Verduritas se emocionó, por fin podría tener alguien con quien jugar que no fueran sus hermanitos. Desde entonces la familia de conejitos fue muy feliz, aunque no estuvieran en su casa. Esa ya era su nueva casa y tenían una nueva gran familia para disfrutar y divertirse todos juntos.

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